Bueno, pues a instancias de Dave, que me dijo la semana pasada que a ver si ponÃa alguna reseña, ruta, aventura o demás evento, en fin..... que a ver si participaba un poco más..... y después de hora y media para escanear veinte veces cinco fotos ( ¡¡ soy negada para el cacharro éste!!) pues os cuento lo que nos aconteció en agosto (¿ya cuatro meses????), que fue cuando hice mi última salida "importante" a la montaña.
[+] click para ampliar Éste es el Arlás, pero esta foto está hecha en otro momento |
[+] click para ampliar El Anie, desde el Arlas, creo recordar... |
[+] click para ampliar Al doblar a la derecha el camino es donde aparece toda la zona lapiaz |
[+] click para ampliar A punto de iniciar la subida final. TodavÃa Ãbamos los 6 juntos. |
[+] click para ampliar Mi mozo, en la cima. Al fondo la Mesa |
Creo que eran como las 9 de la mañana, y en el aparcamiento, a parte de otros pocos coches y unas ovejas, habÃa unos chavales que también iban a subir al Anie, y nos preguntaron dónde se cogÃa el camino. Lo menciono porque luego subirÃamos con ellos todos juntos.
Dejamos el troncomóvil en el aparcamiento grande, y seguimos por la carretera unos 100 mts. , hasta un poste que hay a la derecha que pone "Arlas 2 horas". Se sigue el camino, perfectamente visible y cuando se llega a una bifurcación (10-15 min desde la salida) se puede tomar cualquiera de los senderos, porque se juntan más adelante.
Ya se va viendo el Arlás y más atrás el Anie. Yo los bauticé como "el queso de tetilla" y "la muela de perro" por los parecidos.....
Al Arlás se llega en ¾ de hora, no en 2 horas como dice el letrero. Se puede subir por un lado y bajar por el otro, y asà matar dos pájaros de un tiro, pero no lo subimos ese dÃa, porque ya lo habÃamos hecho en una excursión anterior.
Siguiendo el camino, dejamos un refugio metálico a nuestra izquierda, y un poco más adelante empieza la zona kárstica: al principio hierba y piedra al fifty fifty, y luego sólo piedra. A partir de aquÃ, marcas de pintura.
Entonces fue que ya empezamos a ir con los chavales que encontramos en el aparcamiento, que eran de Tolosa, y un poco más adelante nos encontramos con un señor un poco mayor, que estaba solo, y que nos le agenciamos con el grupo que acabábamos de formar. AsÃ, la expedición navarro-guipuzcoana pasó de 2 a 6 componentes, jejejeje.
El calor ya apretaba bastante, pero hacÃa una leve brisa que dejaba andar bien. El problema empezó cuando nos metimos de lleno en el valle lapiaz que hay delante del Anie...... ¡! No se movÃa ni un pelo y hacÃa un calor allà de cagarse las pencas ¡!
Después de bastantes parones para beber, descansar, fotos y demás excusas para enjugarse el sudor, y de haber dejado a un tolosarra y al señor que iba solo al fresco de un pequeño nevero que quedaba aún, los otros cuatro atacamos las rampas de la subida a la cima.
Yo no entiendo de grados de desnivel pero, para mÃ, era muy muy muy empinada la cuesta. Los dos chavales de Tolosa subÃan a buen ritmo; mi media castaña iba despacio pero sin pausa, y yo ..... bueno, yo subÃa como podÃa, jejeje, o sea, tres pasos, parada, tres pasos, parada, y asÃ.
Al final, después de 3 horas y media, conseguimos llegar a la cima, donde habÃa ya mucha gente. Los chavales se despidieron de nosotros, que se iban para no dejar tanto rato solo al compañero, y el señor se darÃa la vuelta......
Nos sentamos a comer y nos abrigamos un poco, porque corrÃa algo más que brisa. Terminamos, hicimos las fotos correspondientes, observamos la Mesa y otras cumbres con los prismáticos y cuando ya nos marchamos, a media bajada, a mi mozo le empezó a doler una rodilla, por dentro.
Al principio era un dolor leve, que enseguida se convirtió en fuerte, luego en muy fuerte, y al final en insoportable.
Yo veÃa que aquello se complicaba bastante, porque él iba apoyado en los dos bastones, y sin poder plantar la pierna izquierda, porque ya no tenÃa ni fuerzas, y yo a su lado, sujetándole de vez en cuando, y con aquellos agujeros en las piedras, que si se iba un bastón.......
Encima, metidos en el valle lapiaz, con el sol que pegaba, 40 grados que deberÃa hacer allÃ, sin correr ni gota de aire, no pasaba nadie, con la perspectiva de las distancias a cero patatero y con una provisión de agua de un cuarto de litro aproximadamente.....
Menos mal que sabÃa que en la falda del Arlás habÃa un caño con agua fresca, con el cual yo ya soñaba desde hacÃa lo menos hora y media, el tiempo que llevaba sin beber....
Total, que después de toda esta odisea por fin conseguimos llegar al coche después de ¡¡ cuatro horas y media de bajada!!
Al final, después de ir al médico y varias radiografÃas, lo único que le pasó a mi mozo fue una sobrecarga muscular.
Y a pesar de esta aventura, recomiendo la excursión a todo el mundo, aunque sea un "jodepiernas"; eso sÃ, con buena provisión de agua!!